La UCR y una promesa: el cambio
La Unión Cívica Radical se enfrentaba a un desafío en 1983. En elecciones libres, nunca había triunfado frente al justicialismo. Y nada indicaba que fuera a pasar algo distinto: el peronismo parecía, en un principio, el más probable ganador, como había sido en 1973, cuando Juan Domingo Perón había ganado con más del 60% de los votos.
El traumático final del último gobierno peronista, así como el complejo reordenamiento de PJ (Ver: El Peronismo), daban a Raúl Alfonsín, el candidato radical, una luz de esperanza.
Renovación y cambio
Desde mediados de los 70, Raúl Alfonsín encabezaba una línea interna más progresista dentro del radicalismo, Renovación y Cambio. Disputaron y ganaron la dirección de la UCR y la candidatura presidencial al ala más conservadora, conducida por Fernando De La Rúa, y que se referenciaban en el fallecido líder radical Ricardo Balbín.
El futuro presidente comenzaba a vincularse a distintas organizaciones internas de su partido, que luego tendrían relevancia en la política durante su gobierno, como la luego célebre Coordinadora. Aparecían entonces algunas de las principales figuras políticas del radicalismo de los 80: Federico Storani, Leopoldo Moreau, Enrique “Coti” Nosiglia, entre otros.
La campaña
El candidato radical encaró una campaña que, por primera vez, introdujo las técnicas de la publicidad. Así, impulsó el logo “RA” con la bandera argentina, vinculando las iniciales de “Raúl Alfonsín” con las de “República Argentina”, el slogan “Ahora Alfonsín”, y su recordado “abrazo”, que consistía en estrechar las manos a un lado de su cabeza.
Pero el eje de la campaña fue proponer la salida completa de la dictadura, tanto en aspectos políticos como económicos. Así, Alfonsín introdujo en su discurso la discusión sobre el rol del Estado en la economía, las políticas de bienestar social, el problema del empleo, la industria y la crítica al establishment y “la patria financiera”.
En ese sentido estuvieron algunas de sus acciones de campaña, como la célebre frase “con la democracia se come, con la democracia se educa, con la democracia se cura”.
También se destacaba el cierre de sus actos, en los que siempre recitaba el Preámbulo de la Constitución Nacional.
Entre sus actos proselitistas se destacó el acto de cierre en Buenos Aires, donde reunió un millón de personas en la 9 de Julio. Mirá el video con un fragmento de su vibrante discurso donde acusa al partido peronista de seguir enfrascado en una "crisis de autoridad".
También en su propuesta sobre Derechos Humanos la campaña del radicalismo planteaba algo distinto al PJ: No iban a aceptar la autoamnistía dictada por los militares y no estaban dispuestos a cerrar el tema de los desaparecidos. Entre sus primeros actos de Gobierno estuvo la derogación de esa autoamnistía, así como la creación de la CONADEP, que investigó los crímenes de la dictadura.
Cómo derrotar al PJ
Además de vincular al radicalismo a la democracia y a “lo nuevo”, Alfonsín buscó ligar a su principal oponente, el peronismo, con la desprestigiada dictadura y la violencia política. No faltaron las alusiones a la AAA y al Operativo Independencia, por el que el gobierno de Isabel Perón autorizó el “aniquilamiento” de la guerrilla, una orden en la que los militares se ampararon durante la represión ilegal. El candidato radical también denunció un supuesto “pacto militar-sindical” para garantizar la impunidad.
El triunfo
Alfonsín triunfó el 30 de Octubre de 1983. Acompañado por su vicepresidente Victor Martínez, asumió la presidencia el 10 de diciembre de 1983.
Ese día, miles de personas se congregaron en la Plaza de Mayo, en una manifestación recordada no sólo como un acto del radicalismo, sino de festejo por el regreso a la democracia. Aunque muchas de las promesas del presidente radical no se llevarían a cabo, 1983 y el final de la dictadura son recordadas, hasta hoy, por su fervor en la política, la militancia y la cultura. Fue la primavera democrática. La primavera alfonsinista.
Mirá el video del discurso el 10 de diciembre de 1983:
